Punta Cana
Isla Catalina
Isla Catalina - Punta Cana
Vamos a hablarte de un lugar, sinceramente, único en su tipo. Y aunque No solemos usar juegos de palabras para describir destinos imprescindibles, en este caso la excepción se hace del todo necesaria, porque esta isla es en verdad “fantabulosa”. Palabras más, palabras menos, permítenos presentarte a Isla Catalina, un entorno de alta definición natural.
Esta joya caribeña, también conocida como Isla Ikita, posee 10 kilómetros de tierras vírgenes donde te aguarda formidable diversión y descanso; junto a la isla de Saona y Catalinita forman un paradisiaco trio. Así, Catalina es un Paraíso, con mayúscula inicial: ni siquiera tiene humanos que la habiten, lo que no significa que no te puedas saldar un buen plato de pescado y plátano fritos con arroz sabor a coconut (como se dice en inglés), además de conseguir algunos buenos recuerdos en las pequeñas y pocas tiendas de artesanías.
Asimismo, con todo y lo virgen que pueda ser, en Isla Catalina encontrarás buen número de actividades náuticas, reposaderas, cervezas Presidente bien frías y cocteles bien cargados junto a una interesante pintura caribeña: un mar enteramente turquesa, arenas finas y blancas, un clima impecable, esbeltas palmeras rebosantes de cocos, motos acuáticas a toda marcha y veleros flotando en el horizonte… todo como para relajarse sin que medie excusa alguna, porque seamos honestos: ponerle tanta lógica a todo, a veces no contribuye al bienestar mental… Así que mejor inclina la silla, inspira hondo, olvídate de toda aflicción y relájate frente a las costas.
Y ya que te encuentras en la también fantástica y fabulosa Punta Cana, necesitas darte una vuelta por Isla Catalina, sencillamente para completar otro pedazo del sueño. Ahora, llegar es relativamente fácil considerando que la isla se encuentra separada de República Dominicana por pocos kilómetros, de suerte que el viaje puede tardar de 20 a 40 minutos teniendo como plataforma los embarcaderos de la encantadora localidad de Bayahibe.
En ese sentido, las opciones de viaje son variadas: hay excursiones ofrecidas por los hoteles All Inclusive; viajes en botes con fondo de cristal, más económicos, que se constituyen en un perfecto preámbulo de lo que te aguarda en las profundidades; otros llegan en cruceros que atracan cerca y aventureros fiesteros vienen a bordo de catamarán; de cualquier modo, todos son sola una gran sonrisa acompañada del corazón redoblante y la enorme expectación de nadar bajo unas aguas nítidas, aguas con condiciones sumamente favorables (transparencia, temperatura, profundidad, biota marina, etc.) en las cuales los visitantes prácticamente se convierten en unos peces más de los coloridos bancos.

